Jóvenes princesas rodeadas de lujo, de caras vestimentas y de animales. Niñas de ojos grandes y mirada triste. Así es el mundo que nos presenta Olga Esther, nuestra artista del día.
Las pinturas de Olga Esther están a medio camino entre el realismo y la ilustración. Lienzos y retablos en los que sus complejos y realistas personajes se encuentran en escenarios que parecen castillos de cuentos de hadas. Salas de colores vivos con paredes enmoquetadas y tronos.
Sus desconcertantes retratos esconden cierta nostalgia. La mirada transparente y llorosa de sus personajes y su semblante serio trasmiten una gran tristeza y desdicha, poco propia de los niños de estas edades.
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