Olivier Van Herpt’s fabrica objetos de cerámica, pero no se ensucia las manos durante el proceso. Sus vasijas se imprimen con una impresora 3D siguiendo patrones únicos que responden a información transmitida a la máquina a través de diferentes sensores. Puedes ver una buena muestra de su obra en su página web. Mientras tanto, te dejamos con la traducción de un extracto de su proyecto “Adaptative Manufacturing”. “En la base de cada producto está el proceso de producción. Cuando reemplazamos a los artesanos por máquinas perdimos la traducción de influencias locales en nuestros productos. ¿Y si nuestras máquinas pudieran ser más sensitivas? ¿Qué ocurre si la máquina detecta el entorno local y lo incorpora al proceso de producción? Esta investigación busca formas de recuperar esa conexión perdida con la producción de objetos. Para ello, decidieron diseñar guiones que destilan formas y texturas de fenómenos externos. La información externa se mide mediante sensores, que eventualmente se traducen en comportamientos específicos de la impresora a través del software. Podríamos llamarla una máquina sensorial que siente su entorno, traduciendo la entrada en un documento de un tiempo específico, ubicación o materia prima”
Máquinas que sienten
¿Se trata de fabricar máquinas más sensitivas, que puedan reemplazar al hombre hasta en lo más humano, que es sentir? Sin duda es una nueva perspectiva desde la que abordar el asunto de la inteligencia artificial. ¿Pueden sentir las máquinas? ¿Pueden construir objetos que transmitan un relato? Es un asunto complejo y con muchos matices.
Al final, es el espectador el que decide si el objeto en cuestión le transmite una sensación, le seduce y le transforma. ¿Tú que opinas?
También puedes ver un vídeo del proceso. La verdad es que es bastante impresionante, y aunque todas las piezas han sido creadas con la misma máquina, son todas únicas.
Si te has quedado con ganas de más puedes visitar su perfil en Instagram.
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